10/14/24

Todos estamos rotos (y no hay nada que podamos hacer al respecto)


Nunca ‪ha pasado nada.

~Papaji


    “We are all broken, and there’s nothing we can do about it,” me dijo Hans, un hombre de casi dos metros de altura, de cabellera grisácea hasta media espalda, un hippie de temperamento hosco.
    Se trataba de un norteamericano que había contraído nupcias con una mexicana, mucho más joven que él. Él andaba en sus sesentas, se puede decir que ya estaba jubilado, y ella rondaba los cuarenta (aún trabajaba). Se llevaban pues, varios años de vida, y en esos años habían producido dos hijos. Ahora él dedicaba sus días a tutorearlos en casa, ya que ellos no asistían a la escuela tradicional. En pocas o muchas palabras, preferían el homeschooling que la escuela tradicional para sus descendientes.
    “I want to show you some stuff I like to collect Sam. Come over here. Just watch your step. I got a lot of stuff.”






    Pasamos a una habitación que había convertido en una suerte de museo de ropa antigua. Había vestimentas del siglo pasado por todas partes. Ropa de los 1920, boinas, pantalones de lana y camisas de algodón, vestidos largos, y sombreros de varios tipos. Unas cortinas gruesas no dejaban entrar mucha luz a la habitación. Había retratos originales del Titanic, con unos autógrafos de los sobrevivientes.




    “Sometimes me and Lupe like to wear these costumes and then we have a drink in the living room, doing characters, playing along. ¿Would you like to play?”
    Como ese día estaba libre de trabajo y tenía tiempo de sobra para socializar con vecinos, accedí a su propuesta. Pronto nos encontramos vestidos como obreros de aquellos tiempos, boinas en la cabeza, camisa, chaleco y saco de lana, colores tierra, incluso me puso una cámara de trípode en mi mano y me dijo que yo sería el fotógrafo para documentar nuestra tertulia.





    Pasamos a la sala y allí degustamos una bebida tonificante que él preparaba, una bebida fermentada sabor a guayaba, también encendimos tabacos y él puso una estación de radio con música de los 1920s.
    “You know all this is a game right?, we are living in a sort of simulation, a false reality. I once had a very astonishing experience Sam, when I was young. I had ayahuasca from this beautiful girlfriend in Colombia, and then I understood that all this is a simulation, a play.”





    “Like the Matrix,” agregué.
    “Exactly,” dijo, “this is all setup for us. It’s like a puzzle that the universe sets up and we play along, believing it’s real. But it’s all numbers and code, everything you see is made of numbers, like math, like the Matrix, yes, you are correct, the Matrix, that's a good definition Sam, the Matrix.”
    Asentí a sus comentarios sabios, entendiendo lo que decía, y extrañándome al mismo tiempo de que un vecino aparentemente ordinario, manejara información de ese tipo. Nunca se sabe en esta vida con quién se va a topar.
    “So yes, we are all playing along,” prosiguió, “believing this is real. But everything is running on autopilot. We’re not doing anything Sam, there is no doer, and we are not our bodies. That's why I like to play characters, just to remember this is all a play.”
    Su mujer apareció por la puerta, Lupe, y nos vio sentados en la sala, jugando a nuestros personajes de obreros. Se acercó a mí y me saludó cortésmente con la mano, luego se retiró a otra parte de la casa.
    “She is a private person,” dijo Hans, y entonces me llegó el olor a marihuana. “She doesn’t interact with people. Very tough childhood, I rescued her, she worked for me for some time, then one thing lead to another, and here we are, in this dream we call life.”

No comments: